Del
TESTAMENTO del REY DE LA PATAGONIA
Muchos
de sus bienes ya habían pasado a manos de sus hijos; por lo tanto, dispone
únicamente de aquella parte con la que él había querido quedarse, exceptuando
las compañías navieras cuya administración entrega a su yerno Francisco Campos
Torreblanca. Un escribano público recoge, después de las voluntades de rigor,
un codicilo de legados que encomienda a su albacea don Francisco Campos en el
que de nuevo aflora su obsesión y verdadero interés por la instrucción pública y la enseñanza
en las escuelas, inclinación que ya hemos visto al inicio de estas páginas
al hablar de su infancia en Miranda. El escrito dice así:
Para España:
Dejo
a favor de su Majestad el Rey de España D. Alfonso XIII o en su defecto al Jefe
del Estado que gobierne esta nación, la cantidad de un millón de pesetas dedicadas
especialmente a incrementar la instrucción pública en el Reino de España.
Para Avilés
Lego 100.000 pesetas con igual objeto de
incrementar la instrucción pública al alcalde o jefe civil representante de la
villa de Avilés de la provincia de Asturias.
Lego 50.000 pesetas a la misma primera
autoridad de la citada villa de Avilés para que con esa suma se construya en Miranda un buen edificio para la
instrucción pública y el cual llevará mi nombre.
Dejo una pensión de 1.000 pesetas anuales
durante 10 años a favor del Asilo de
Ancianos de Avilés.
Dejo una pensión de 2.000 pesetas anuales
por el término de 10 años a favor de la institución “Cocina Pobres de Avilés”, debiendo dedicarse de esa suma la mitad
para su sostenimiento y la otra mitad para instrucción de los interesados.
Dejo al Hospital de Avilés la pensión anual
de 1.000 pesetas durante 10 años.
Dejo 1.000 pesetas anuales durante 10 años
para estimular y premiar a los alumnos y maestros de las escuelas de Miranda;
de dicha suma se dedicará la mitad a los alumnos y la otra mitad a los
maestros.
ASTURIANOS
UNIVERSALES. Ed. Páramo, t. XV. José
Menéndez, el Rey de la Patagonia,.pp. 219-20.
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