LÁMPARA DE JUEVES SANTO
Romance a la lámpara-símbolo,
sobre el altar mayor de la iglesia
de
Santo Domingo de Miranda. Avilés.
En un rincón de
la torre,
cubierta de polvo y años,
descubrí hace algún tiempo
una lámpara sin brazos,
el armazón descompuesto,
y los aros abollados.
Regalo de una marquesa,
antes lució en un palacio.
Traté de recuperarla
y darle un significado
para que al verla los fieles
sirviera de evangeliario.
Hoy preside nuestros cultos,
su luz de cobre irradiando,
colgada sobre el altar,
prendida de lo más alto
del presbiterio... La llaman
lámpara del
Jueves Santo.
Doce luces: tres arriba,
las otras nueve debajo,
en torno a la luz central
que es Cristo resucitado.
Lenguas de fuego en la altura
nos están como anunciando
-pascua de Pentecostés-
la llegada del Paráclito:
el anillo que está oculto
de los tres que
están colgados
ya que el Espíritu está
aunque invisible actuando.
Hay tres luces más
arriba:
son Pedro, Juan y
Santiago
que siempre para el Maestro
fueron los tres más amados
y tres los que en el
Tabor
ante otros tres se extasiaron...
También son las tres
virtudes
teologales, tres clavos,
y los tres evangelistas
Mateo, Lucas y
Marcos
que sinópticos se
llaman
porque de Jesús
hablaron
siguiendo los tres el mismo
esquema de lo narrado.
Hay una flor de metal
de la lámpara en lo alto
que es símbolo de María.
Bajo esa flor cobijados
los apóstoles y Cristo,
las virtudes, los tres
grados
de perfección, los poderes
con que el Papa está adornado...
Acampado entre los suyos,
prolongación del sagrario,
el Verbo unido a María
está por todos rogando
al Padre, que es el primero
de los círculos metálicos.
Hay nueve luces en
torno
del Señor, significando
el candelabro judío,
-menora de nueve
brazos-,
sobre la mesa en que Cristo
por última vez cenando
nos dejó su cuerpo y sangre
en vino y pan consagrados.
Y en torno al aro central
hay fijos doce cuadrados
que de algún modo son símbolo
de un curioso apostolado
con los siete
sacramentos
en siete surcos grabados.
La luz eléctrica está
recorriendo el candelabro
como la gracia
recorre
a quienes han comulgado
uniéndolos a la Iglesia
de Jesús sacramentado.
Quiero ver en esta lámpara
que una mañana temprano
encontré desarbolada
en mi enhiesto campanario...
en mi enhiesto campanario...
yo quiero ver en la lámpara
-la que cuelga de lo alto
sobre el altar donde digo
quiero ver la
Última Cena ,
y a Jesucristo alumbrando
el corazón de los fieles
cuando a Dios están rezando.
Quiero ver en ella el símbolo
del misterio sacrosanto
del mismo Cuerpo de Cristo
en la
Palabra Encarnado.
Quiero ver y veo en esta
lámpara de
Jueves santo
el símbolo de la Iglesia
reunida en el Cenáculo.
Jmf
No hay comentarios:
Publicar un comentario